COMENTARIO
Dios es Amor Queridas hermanas y queridos amigos, Os invito a leer, rumiar y profundizar en el Evangelio de este VI Domingo de Pascua (Jn 15, 9-17), que es invitación a entrar en la vida nueva que nos ha traído Cristo, junto a la segunda lectura del domingo de hoy (1 Jn 4, 7-10). Todo nos habla del Amor de Dios, mejor aún, del Dios que se ha manifestado como Amor. Nos estamos adentrando en el corazón de la Pascua, en el corazón de la vida cristiana: la llamada, la invitación a cada hombre y mujer a entrar en la intimidad de Dios que se nos ha manifestado, regalado, ofrecido en Cristo Jesús: “Como el Padre me ha amado, así os he amado Yo, permaneced en mi Amor” (Jn 15, 9). Lo que hace posible esta intimidad, esta comunión entre el Padre y cada uno de nosotros es la total donación, desposesión, entrega y ofrecimiento que Él nos ha hecho de Sí a través del Hijo que llega hasta nosotras, hoy, 9 de mayo de 2021, por la acción del Espíritu. La máxima donación permite, hace posible la máxima comunión. Porque el Amor de Dios se ha consumado, realizado en plenitud en nosotros perdiéndose, consumiéndose. La total kénosis ha hecho posible la total koinonía. “En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envío al mundo a su Hijo para que vivamos por medio de Él” (1 Jn 4, 9). La vida del Hijo en la tierra, su encarnación, su predicación y ministerio, su entrega en la cruz, su muerte y resurrección… todos los misterios de la vida de Cristo nos anuncian que somos amados por el Padre: “En esto consiste el amor: en que él nos amó y envío a su Hijo” ( 1Jn 4, 10). El Espíritu en nuestro interior nos susurra las palabras de Cristo que son las palabras del Padre sobre cada una de nosotras: “Amiga mía, amada mía, ven” (cf. Jn 15, 15). Esta es la verdad de nuestra vida, de mi vida: Dios Padre en Cristo por el Espíritu me ama y me llama amiga, amada; me llama hija. Esta es la verdadera alegría (Jn 15, 11). La permanencia en este Amor es la fuente del gozo, de aquí nace una vida en obediencia, es decir, en la escucha admirada y dichosa de tanto Amor de Dios que nos mueve a desplegar la vida en el Amor derrochado, recibido y entregado: amaos unos a otros como Yo os he amado (Jn 15, 17). Espíritu Santo, Amor de todo Amor, concédeme permanecer y vivir en la memoria del Amor de Dios Padre manifestado en Cristo hasta el extremo. Que esta memoria sea el suelo y fundamento de mi identidad, de mi pensamiento, de mi obrar, de mi estar en el mundo a cada instante, en cada decisión, en cada palabra y gesto, para que con tanto Amor recibido, derramado, derrochado sobre mí, mi vida se convierta en irradiación de este Amor para el mundo. Los comentarios están cerrados.
|
TodosMateo1, 18-24
3, 1-12 3, 13-17 4, 1-11 4, 12-23 5, 1-12a 5, 13-16 5, 38-48 11, 2-11 17, 1-9 24, 37-44 27, 11-54 28, 16-20 Marcos1, 12-15 Lucas1,1-4; 4,14-21
1, 39-56 2, 13-21 2, 16-21 3, 1-6 3, 15-16. 21-22 4, 1-13 4, 21-30 5, 1-11 6, 17. 20-26 6, 27-38 6, 39-45 9, 11b-17 10, 38-42 10, 25-37 11, 1-13 12, 13-21 12, 32-48 12, 49-53 13, 22-30 14, 25-33 15, 1-10 16, 10-13 16-19-31 17, 5-10 17, 11-19 18, 1-8 18, 9-14 19, 1-10 20, 27-38 21, 25-28.34-36 24, 35-48 24, 46-53 Juan
|