Bautismo de Jesús. Sieger Koder “Este es mi Hijo amado, escuchadle”Con la celebración del Bautismo del Señor culminamos el tiempo de la Navidad, tiempo en el que hemos contemplado al Hijo amado de Dios en la ternura de un Niño recién nacido, custodiado con inmensa ternura por sus Padres: San José y la Virgen María. Ellos tuvieron la experiencia asombrosa de escuchar las primeras palabras del predilecto. Ellos fueron los primeros que recibieron este mensaje del Padre: “¡Este es mi Hijo amado, escuchadle!” ¡Cómo no seguir el ejemplo de escucha en María y José, para atender a las palabras del Padre! Esta actitud de escucha en ambos, nos puede llevar con mayor asombro a contemplar el acontecimiento del Bautismo del Señor en el Jordán. Esta voz del Padre ya no llega a la humanidad por medio de un mensajero, sino que “La voz del Señor sobre las aguas, ha tronado” .Es su propia voz, su propio mensaje el que llega a los oídos de los que esperaban un nuevo bautismo; aquellos, reconocen sus culpas y quieren volver a Dios y empezar de nuevo,iban con un corazón quebrantado a recibir el bautismo de Juan y además del bautismo tuvieron la gracia de escuchar la voz del Padre sobre el Hijo y ver al Espíritu Santo que se cernía como una paloma sobre él. Este pasaje de la vida de Jesús muestra a las dos personas de la Trinidad que custodian la vida del Hijo, que humilde entregará su vida por la Salvación de sus hermanos. Hoy podemos contemplar este icono de la Trinidad entre el cielo y la tierra; entre la hondura del agua en la que desciende Jesús y el cielo abierto sobre él, puente de comunión entre Dios y los hombres(1), por Él y a través de Él se nos han abierto las puertas de la vida para siempre. Este es el Hijo amado, el predilecto sobre el cual descansa el beneplácito de Dios. En este tiempo ordinario que se avecina, muchas palabras de Jesús llegarán a nuestros oídos. Os invito a renovar la manera de escuchar al Hijo amado de Dios para experimentar una relación más profunda con Él; no escucharle con los oídos solamente, sino con los oídos del corazón.(2) Escuchar a Dios es una gracia que hay que pedir y custodiar cuando se nos da. Y cuando vivamos esta experiencia de escucharle, recordemos que Dios ama al hombre y que por esta razón le dirige la palabra e inclina su oído para escucharlo.(3) él quiere que tengamos una relación cercana, auténtica de verdadero diálogo y profunda comunión con cada uno de sus Hijos. Escucha al Hijo y podrás escuchar al Padre y , no te preocupe cómo hacerlo porque el Espíritu Santo vendrá en tu ayuda. (1) Benedicto XVI Jesús de Nazaret Cap.1 El bautismo de Jesús (2) “Escuchar con los oídos del corazón” Papa Francisco mensaje para la 56ª Jornada mundial de las Comunicaciones Sociales (3) id. Lecturas:
Is 42, 1-4. 6-7 Sal 28, 1b y2. 3ac-4. 3b y 9c-10 Hch 10, 34-38 Mt 3, 13-17 Los comentarios están cerrados.
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TodosMateo1, 18-24 1, 29-39 3, 1-12 3, 13-17 4, 1-11 4, 12-23 5, 1-12a 5, 13-16 5, 38-48 9, 36—10, 8 10, 26-33 11, 2-11 11, 25-30 13, 1-23 13, 24-43 13, 44-52 14, 22-33 15, 21-28 17, 1-9 17, 1-9 18, 15-20 18, 21-35 21, 33-43 22, 1-14 22, 15-21 24, 37-44 25, 1-13 Mt 25, 14-15. 19-21 25, 31-46 27, 11-54 28, 16-20 Marcos
Lucas1,1-4; 4,14-21
1, 26-38 1, 39-56 2, 13-21 2, 16-21 3, 1-6 3, 15-16. 21-22 4, 1-13 4, 21-30 5, 1-11 6, 17. 20-26 6, 27-38 6, 39-45 9, 11b-17 10, 38-42 10, 25-37 11, 1-13 12, 13-21 12, 32-48 12, 49-53 13, 22-30 14, 25-33 15, 1-10 16, 10-13 16-19-31 17, 5-10 17, 11-19 18, 1-8 18, 9-14 19, 1-10 20, 27-38 21, 25-28.34-36 24, 35-48 24, 46-53 Juan
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