El evangelio de esta semana nos resulta duro y puede, incluso desilusionarnos. Cristo Jesús lanza una provocativa propuesta al discípulo que quiere seguirle exigiendo de él la más radical respuesta. ¿ Entonces cómo es que hombres y mujeres de todos los tiempos, locos a los ojos del mundo, han sido capaces de no resistirse a esta llamada y lo han dejado todo para seguir a Jesús incluso dando la vida?
Sin ánimo de quitar radicalidad a la llamada que Cristo hace, resulta clarificador situar las renuncias descritas en su contexto. El paso evangélico que hemos escuchado ha de entenderse teniendo en cuenta la sintaxis hebrea en este contexto literario e histórico. El contexto literario de la comunidad a la que Lucas se dirige es el de la exigencia de la evangelización. Quien se decide a seguir a Jesús y a caminar con Él ha de aceptar una separación de las personas queridas en función de la tarea evangelizadora. En el contexto histórico hemos de entender tales renuncias desde la dificultad de los itinerarios por las distancias y los posibles peligros para la vida de los misioneros. Durante los primeros tiempos era socialmente mal visto abandonar a la familia y arrostrar peligros para la propia vida. Por esta razón, la evangelización itinerante predicada a la comunidad debía ser confirmada con palabras del mismo Jesús y así dar sentido a estas duras exigencias. Hoy podemos constatar, por tanto, que en la comunidad lucana la responsabilidad de evangelización misionera implicaba renunciar a cosas muy queridas. Sin embargo, el Evangelio es exigente pero no contradictorio. Cuando Lucas utiliza el verbo “odiar” debemos saber que es un recurso de la sintaxis hebrea para hablar de un amor preferencial, por encima de cualquier vínculo familiar , material o de la propia vida. Amar a Cristo no conlleva excluir los demás amores sino que los ordena. Se trata de una elección en la que Cristo ocupa el primer lugar y por tanto, a su vez, la urgencia de que su mensaje salvífico y misericordioso alcance a los más posibles. En el texto se introducen dos reflexiones al hilo de lo que Lucas quiere expresar que parecen no tener relación con el resto y que, sin embargo, tienen su explicación. La reflexión sobre la construcción de una torre enlaza con lo anterior. Quiere hacer comprender que para ser discípulo no basta el entusiasmo inicial de algunos creyentes recién convertidos que se iban desanimando ante las dificultades. El camino de la misión no era fácil y la renuncia a los bienes materiales era lo más costoso. El segundo ejemplo de reflexión es una actividad de guerra porque en la vida social de la época se daban continuamente enfrentamientos bélicos y era un ejemplo que resultaba familiar. Una vez comprendido el contexto en el que se escribe este evangelio reconocemos en verdad que la llamada de Dios sigue siendo hoy tan rotunda como ayer y lo será mañana. Como cristianas sabemos que el verdadero amor encuentra su fundamento, su apoyo y la gracia necesaria para ser vivido si radica en Él. Jesús no quiere quitarnos lo que amamos ni pretende ser rival o competir con otros amores. Los vínculos familiares, las demás relaciones, el trabajo, los bienes culturales y económicos… están afirmados y sostenidos en este primer amor. Los comentarios están cerrados.
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TodosMateo1, 18-24 1, 29-39 3, 1-12 3, 13-17 4, 1-11 4, 12-23 5, 1-12a 5, 13-16 5, 38-48 9, 36—10, 8 10, 26-33 11, 2-11 11, 25-30 13, 1-23 13, 24-43 13, 44-52 14, 22-33 15, 21-28 17, 1-9 17, 1-9 18, 15-20 18, 21-35 21, 33-43 22, 1-14 22, 15-21 24, 37-44 25, 1-13 Mt 25, 14-15. 19-21 25, 31-46 27, 11-54 28, 16-20 Marcos
Lucas1,1-4; 4,14-21
1, 26-38 1, 39-56 2, 13-21 2, 16-21 3, 1-6 3, 15-16. 21-22 4, 1-13 4, 21-30 5, 1-11 6, 17. 20-26 6, 27-38 6, 39-45 9, 11b-17 10, 38-42 10, 25-37 11, 1-13 12, 13-21 12, 32-48 12, 49-53 13, 22-30 14, 25-33 15, 1-10 16, 10-13 16-19-31 17, 5-10 17, 11-19 18, 1-8 18, 9-14 19, 1-10 20, 27-38 21, 25-28.34-36 24, 35-48 24, 46-53 Juan
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Marzo 2024
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