COMENTARIO
Este II domingo de Cuaresma nos presenta una de las páginas más bellas y reveladoras de la Sagrada Escritura: la Transfiguración del señor. En un monte alto, el Señor mostró su gloria a los tres discípulos más íntimos, Pedro, Santiago y Juan, con el fin de prepararlos para su inminente Pasión. Se trata de una "aparición pascual anticipada", como la llama el papa Francisco. El monte representa en la Biblia la cercanía con Dios. Allí Moisés y Elías tuvieron coloquios íntimos con el Señor (Ex 24 y 1Re 19, respectivamente). Representan la Ley y los profetas. Ambos aparecen ahora gloriosos y hablando con Jesús de su salida (éxodo) en Jerusalén. Jesús se transfiguró delante de ellos, es decir, les manifestó su verdadera naturaleza de Hijo de Dios. Durante todo el tiempo el Señor velaba, ocultaba su gloria por medio de su humanidad, pero aquí, en esta ocasión, deja traslucir la gloria de su majestad que le era propia. En este sentido, podemos decir que la transfiguración no tiene nada de milagroso, sino que lo verdaderamente milagroso era que el señor ocultó su gloria y majestad; vivió en profunda humildad. Benedicto XVI, comentando este pasaje evangélico, dice: "Jesús se manifiesta en su gloria antes del sacrificio de la cruz, y Dios Padre lo proclama su Hijo predilecto, el amado, e invita a los discípulos a escucharlo. Jesús quiere ayudar a estos discípulos a comprender que el camino que lleva a la gloria, el camino del amor luminoso que vence a las tinieblas, pasa por la entrega total de sí mismo. La pasión de Jesús es un misterio de sufrimiento, pero es también la "bienaventurada pasión", porque en su núcleo es un misterio de amor extraordinario de Dios. Jesús quiere que esta luz ilumine sus corazones cuando pasen por la densa oscuridad de la pasión y muerte, cuando el escándalo de la cruz sea insoportable para ellos. Dios es luz, y Jesús quiere dar a sus amigos más íntimos la experiencia de esta luz, que habita en él. Así, después de este episodio, él será en ellos una luz interior, capaz de protegerlos de los asaltos de las tinieblas" San Agustín resume este misterio con una expresión muy bella: "Lo que para los ojos del cuerpo es el sol que vemos, lo es Cristo para los ojos del corazón" (Serm. 78, 2). La plena adhesión de Jesús a la voluntad del Padre hace su humanidad transparente a la gloria de Dios, que es el Amor. De ahí que la premisa para los discípulos -y para nosotros- sea esta: escucharle. Para escucharle tenemos necesidad de apartarnos a un lugar de silencio -de subir a la montaña- para reencontrarnos con nosotros mismos y percibir mejor la voz del Señor. Como Pedro, también nosotros decimos "¡Qué bien se está aquí!", en encuentro íntimo con Dios en la oración, pero ello mismo nos impulsa a bajar de la montaña para encontrarnos con los hombres, nuestros hermanos, abrumados por las dificultades y pruebas, y brindarles los frutos, los tesoros de la gracia recibidos de nuestro encuentro con Cristo. Escucharle y seguirle. Escuchar a Cristo comporta asumir la lógica de su misterio pascual, poniéndonos en camino con Él para hacer de nuestra propia existencia un don de amor a los demás, en obediencia dócil a la voluntad de Dios Padre, con una actitud de desprendimiento de las cosas mundanas, y de libertad interior. Es, pues, necesario "perder la propia vida", donarla, darla, para que se realice el plan divino de redención de todos los hombres. Los comentarios están cerrados.
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TodosMateo1, 18-24 1, 29-39 3, 1-12 3, 13-17 4, 1-11 4, 12-23 5, 1-12a 5, 13-16 5, 38-48 9, 36—10, 8 10, 26-33 11, 2-11 11, 25-30 13, 1-23 13, 24-43 13, 44-52 14, 22-33 15, 21-28 17, 1-9 17, 1-9 18, 15-20 18, 21-35 21, 33-43 22, 1-14 22, 15-21 24, 37-44 25, 1-13 Mt 25, 14-15. 19-21 25, 31-46 27, 11-54 28, 16-20 Marcos
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1, 26-38 1, 39-56 2, 13-21 2, 16-21 3, 1-6 3, 15-16. 21-22 4, 1-13 4, 21-30 5, 1-11 6, 17. 20-26 6, 27-38 6, 39-45 9, 11b-17 10, 38-42 10, 25-37 11, 1-13 12, 13-21 12, 32-48 12, 49-53 13, 22-30 14, 25-33 15, 1-10 16, 10-13 16-19-31 17, 5-10 17, 11-19 18, 1-8 18, 9-14 19, 1-10 20, 27-38 21, 25-28.34-36 24, 35-48 24, 46-53 Juan
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