Las tres lecturas de este domingo nos ponen delante tres aspectos de la fe: la vigilancia (Lc 12, 32-48), la herencia de los antepasados (Sab 18,6-9) y la esperanza fundada en la historia de la salvación (Heb 11, 1-2; 8-19). En el evangelio de Lucas, Jesús enseña sobre varios temas: la oración, el uso de las riquezas, la salvación, el sentido del Reino de Dios... Comparando con el evangelio de Mateo, en esta parte del viaje hacia Jerusalén, se nos presentan pocos milagros y mucha material didáctico. Conforme avanza, las palabras de Jesús son cada vez más duras, habla con mayor severidad. Sus palabras tienen peso. La vigilancia es descrita con dos parábolas: el señor que llega de la boda; y el señor que pone un administrador fiel al frente de su servidumbre. Tanto a los criados de la primera, como al administrador de la segunda, se les pide vigilancia. Lucas describe un pasaje previo a la elección de Pedro como cabeza de la Iglesia, pero tiene también en mente a los destinatarios de su evangelio: a su comunidad, donde se tienen que repartir responsabilidades. La vigilancia en la fe va muy unida a la responsabilidad. Por eso este evangelio nos puede inspirar una oración de intercesión por nuestra Iglesia. La primera lectura del Libro de la Sabiduría también nos impulsa a esto. La fe en muchas personas es - al menos en un primer momento - herencia. La recibimos de nuestros padres que nos bautizan y nos introducen en la tradición que - si somos responsables y vigilantes - por la gracia de un encuentro personal con Jesús, haremos nuestra. El domingo se celebra la conclusión de la Peregrinación de miles de Jóvenes de toda Europa (PEJ) a Santiago de Compostela. Jóvenes que se han puesto en camino siguiendo una tradición milenaria, buscando un encuentro personal con Jesús. Pidamos para ellos esta gracia. La fe fundada en la historia de la salvación da esperanza. El ejercicio de hacer memoria agradecida de la propia vida, del recorrido común de cualquier comunidad o grupo de fe, recordando las maravillas que Dios ha obrado en ellos, fortalece la fe y es fuente de esperanza también en momentos de oscuridad, de dificultad, de noche. Es como la estrella que brilla en la noche - que tantos peregrinos llevan en el bolsillo como recuerdo de su paso por el Camino de Santiago. Una pequeña estrella de papel que para muchos tiene un significado evangélico: recuerda a Aquel que es CAMINO, VERDAD Y VIDA, y LUZ del mundo. Él es nuestra esperanza. Los comentarios están cerrados.
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TodosMateo1, 18-24 1, 29-39 3, 1-12 3, 13-17 4, 1-11 4, 12-23 5, 1-12a 5, 13-16 5, 38-48 9, 36—10, 8 10, 26-33 11, 2-11 11, 25-30 13, 1-23 13, 24-43 13, 44-52 14, 22-33 15, 21-28 17, 1-9 17, 1-9 18, 15-20 18, 21-35 21, 33-43 22, 1-14 22, 15-21 24, 37-44 25, 1-13 Mt 25, 14-15. 19-21 25, 31-46 27, 11-54 28, 16-20 Marcos
Lucas1,1-4; 4,14-21
1, 26-38 1, 39-56 2, 13-21 2, 16-21 3, 1-6 3, 15-16. 21-22 4, 1-13 4, 21-30 5, 1-11 6, 17. 20-26 6, 27-38 6, 39-45 9, 11b-17 10, 38-42 10, 25-37 11, 1-13 12, 13-21 12, 32-48 12, 49-53 13, 22-30 14, 25-33 15, 1-10 16, 10-13 16-19-31 17, 5-10 17, 11-19 18, 1-8 18, 9-14 19, 1-10 20, 27-38 21, 25-28.34-36 24, 35-48 24, 46-53 Juan
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Marzo 2024
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