Jesús, el Príncipe de la Paz, ha venido a vivir entre nosotros El comienzo del prólogo de Juan nos remonta a lo más alto y sublime del misterio trinitario: "La Palabra, en el principio, estaba junto a Dios". La expresión es, a la vez, sobrecogedora y humilde: nosotros sabemos bien qué es eso de estar unos junto a otros; somos conscientes de necesitar el cobijo y el calor humano, la seguridad, el descanso que produce la cercanía de los otros en la vida. Sin emabargo, de lo que es y significa "estar junto a Dios" sabemos menos o más bien, en realidad, no sabemos apenas nada: es un nivel al que, si no fuera por Jesús, no tendríamos posiblidad de acceder. Pertenecemos a la noche, y por nosotros mismos no podemos llegar a adentrarnos en el ámbito de la Luz. Pero, un día como el que hoy celebramos, ese Dios a quien nadie ha visto nunca decidió rasgar las tinieblas de la noche, de la oscuridad, para habitar junto a nosotros. La palabra cambió la gloria de Dios por acampar aquí en la tierra, y el resplandor de la gloria de Dios habitó entre nosotros para siempre. El verbo que elige Juan en su prólogo evoca un mundo de imágenes muy concretas: acampar es muy distinto de instalarse, de residir, de asentarse. El que acampa no se protege con puertas blindadas ni con alarmas; su única defensa consiste en confiar en que su misma debilidad y pobreza le defenderán de cualquier ambición humana. Jesús, el Príncipe de la paz, ha venido a vivir así entre nosotros. No va a imponer nada por la fuerza, no va a ejercer su señorío ni a tomar posesión de nuestra tierra con soberbia, prepotencia, avaricia u orgullo; que es más bien el modo en el que lo haríamos nosotros. Le oiremos decir a lo largo de este año releyendo los Evangelios: "Si quieres"..., "si alguno se quiere venir conmigo...", "estoy a la puerta y llamo; si alguien me abre..." No gritará ni se impondrá con violencia, pero las fuerzas del mal se someterán bajo su autoridad, y los humildes y sencillos de corazón dirán con asombro al verle y escucharle: " Sólo tú tienes palabras de vida eterna". ¡Feliz y Santa Navidad para todos! Lecturas:
Is 52, 7-10 Sal 97,1.2-3ab.3cd-4.5-6 Hb 1, 1-6 Jn 1, 1-18 Los comentarios están cerrados.
|
TodosMateo1, 18-24 1, 29-39 3, 1-12 3, 13-17 4, 1-11 4, 12-23 5, 1-12a 5, 13-16 5, 38-48 9, 36—10, 8 10, 26-33 11, 2-11 11, 25-30 13, 1-23 13, 24-43 13, 44-52 14, 22-33 15, 21-28 17, 1-9 17, 1-9 18, 15-20 18, 21-35 21, 33-43 22, 1-14 22, 15-21 24, 37-44 25, 1-13 Mt 25, 14-15. 19-21 25, 31-46 27, 11-54 28, 16-20 Marcos
Lucas1,1-4; 4,14-21
1, 26-38 1, 39-56 2, 13-21 2, 16-21 3, 1-6 3, 15-16. 21-22 4, 1-13 4, 21-30 5, 1-11 6, 17. 20-26 6, 27-38 6, 39-45 9, 11b-17 10, 38-42 10, 25-37 11, 1-13 12, 13-21 12, 32-48 12, 49-53 13, 22-30 14, 25-33 15, 1-10 16, 10-13 16-19-31 17, 5-10 17, 11-19 18, 1-8 18, 9-14 19, 1-10 20, 27-38 21, 25-28.34-36 24, 35-48 24, 46-53 Juan
Archivos
Marzo 2024
|