Queridos amigos, con motivo de la celebración del 25 aniversario del nacimiento de nuestra Comunidad de la Conversión, Marcello Bronzetti, amigo de la comunidad, músico y compositor, ha compuesto un Oratorio que lleva por nombre El Santo Viaje, que interpretará el Coro "Fideles et Amati" dirigido por Tina Vasaturo. El libreto de El Santo Viaje contiene 9 composiciones musicales, entrelazadas por un texto meditativo, que nos introducen en el misterio de la llamada de Dios y el camino de seguimiento que esta llamada suscita, resaltando algunas dimensiones de nuestro carisma comunitario. Todos los músicos vienen desde Roma para tener aquí el estreno del Oratorio el 24 de mayo , en nuestra Iglesia de la Reconciliación en Sotillo de la Adrada a las 17 h . Será un momento de belleza y oración que queremos compartir con vosotros con mucha alegría y gratitud por tanto don.
Por favor, os agradeceríamos que confirméis vuestra asistencia a través de este enlace: ASISTENCIA ORATORIO EL SANTO VIAJE, para poder prever el aforo y tener todo preparado. ¡Gracias! Siempre unidas, Hnas. Agustinas del Monasterio de la Conversión.
Con esta primera piedra comienza una llamada que está en el corazón de la Comunidad desde hace años para acoger a jóvenes y adultos que buscan a Dios, con dificultades personales o inquietud personal y religiosa. Ya tenemos hospedería, donde acogemos a personas y a grupos que quieren venir durante el fin de semana o durante unos días, pero en el Iter el acompañamiento es más personalizado y la estancia puede ser un poco más prolongada. Iter significa camino, por eso queremos acompañar, especialmente, a aquellas personas que pasan por momentos difíciles: “Porque amamos a Dios y agradecemos el don que nos ha sido dado al recibir la fe, su amor y su esperanza. Y porque amamos al ser humano, con sus luces y sombras, pero especialmente nos sentimos atraídas hacia aquél que vacila, tiene dificultades, errores, faltas, fealdades, torpezas y se ha distanciado del plan de Dios. Porque creemos que una Comunidad orante ha de vivir la caridad de Dios, porque hemos recibido mucho y queremos ofrecerlo” Este deseo de la Comunidad, por la gracia de Dios, coincidía con el de María Ramallal y Álvaro Guzmán: poner en marcha un proyecto que sirva para ayudar a otros, para caminar con ellos, especialmente, en momentos difíciles.
A través de la liturgia y la oración; del encuentro personal; de la lectura, el estudio, el silencio y la reflexión; del trabajo físico y de la peregrinación, ITER se basa, fundamentalmente, en el acompañamiento en momentos complicados para encontrar una respuesta a la propia vida. Todo ello apoyado por la presencia de una comunidad religiosa con la que orar, compartir trabajos, dialogar, etc., aunque sea una hermana o un pequeño equipo el que se encargue directamente de la persona que realiza el Iter. Rezamos y pedimos que, a medida que se va construyendo la casa, el Señor nos vaya construyendo también por dentro, para que podamos acoger, acompañar y caminar con cada una de las personas que vengan al Iter. Al escuchar su nombre, “Robert Francis…”, la Comunidad expresó su alegría con júbilo, entusiasmo, asombro, lágrimas… Para nosotras ha sido un P. General que nos ha querido, comprendido, ayudado, apoyado, acompañado. Una presencia junto a nosotras siempre discreta pero de hermano y Pastor. Lo conocimos el año 2003. Era el P. General de la Orden de San Agustín. Él quiso conocernos y, en un viaje a España, cogió el coche y nos visitó en Becerril de Campos (Palencia). Nos escuchó a las ocho hermanas primeras, todas pudimos contarle nuestra vida, quiénes éramos, qué hacíamos. Al final de la larga escucha, dijo unas palabras de aliento, ánimo y una promesa de ayuda. Desde entonces, hemos tenido su apoyo incondicional en Perú, país que el amaba porque desde muy joven había sido misionero en él, en el que fue Obispo de Chiclayo; y podemos decir que estamos en Illinois (EE.UU.) también por su petición para apoyar a una pequeña comunidad.
El P. Robert, Papa León XIV hoy, es un hombre espiritual, religioso, profundo, reflexivo; un hombre de muy buena preparación intelectual, matemático pero, sobre todo, teólogo y Doctor en Derecho canónico. Ya se sabe su trayectoria profesional y sus cargos en la Orden y en la Iglesia. Su inteligencia y preparación están y estarán al servicio de todos, del bien de todos, de los más pobres y necesitados y de lo que necesite la Iglesia y el mundo de hoy. Es un hombre de diálogo, de mediación, de escucha atenta, de discernimiento. Sincero, claro, concreto, abierto a todos y firme en sus convicciones, en la fe, en la Verdad. Conocedor de muchos escenarios sociales, puede tener gestos, palabras y acciones muy providenciales. Su ADN es norteamericano, latinoamericano, francoitaliano, español y eso le da una hondura cosmopolita. Será un Papa de Paz, de Comunión y empeñado en un mundo más justo y más fraterno. La Iglesia caminará hacia Dios arrastrando a muchos tras sí. Alguien ha dicho que tiene rostro de Cordero y nombre de León, lo que es seguro UN HOMBRE DE DIOS, enamorado de Cristo manso, humilde y pastor y hermano de todos. Recemos por él. Él, hombre de oración, rezará por todos nosotros. Con toda confianza y seguridad. M. Prado Presidenta federal Federación de la Conversión de San Agustín Sotillo de la Adrada Ávila Soy un hijo de San Agustín El 24 de abril formaba parte de la Octava de Pascua, por lo que no celebramos litúrgicamente esta festividad, pero sí tuvimos un momento de compartir con todos los que nos acompañaron ese día, tras la celebración de la Eucaristía. Al día siguiente, el viernes 25 de abril, celebrábamos la Conversión de San Agustín con la lectura del Libro VIII de sus Confesiones en un lugar significativo. En vez de realizar esta lectura en nuestro monasterio –como lo hacemos habitualmente— las hermanas agustinas nos trasladamos a la parroquia de San Manuel y San Benito de Madrid, de los Padres Agustinos, para poder compartir juntos esta lectura con todos los que participaron y acudieron a esta celebración.
Una lectura que alternamos con cantos, transformando este momento en un tiempo orante, de escucha y de contemplación sobre esta etapa crucial de la vida de San Agustín. “El resucitado nos ha enseñado a caminar con el pie herido” Durante la misma explicó que la contemplación joánica tiene dos dinámicas: la atención, que requiere una mirada atenta y silenciosa; y la intención, que es lo que sale de mí para responder a lo que me ha llamado la atención. Madre Prado recordaba que en la contemplación joánica hay una admiración, como cualidad que me hace salir de mí mismo: “Me provoca la salida de mí, el olvido de mí”. “La contemplación es dar un espacio a algo que me llama la atención, hasta el punto que me olvido de mí”. En el Evangelio según san Juan se nos presenta a Dios amor: “Tanto amó Dios al mundo que entregó a su Hijo unigénito” (Jn 3, 16). Madre Prado nos decía cuatro claves para entender este amor herido: Dios ha elegido la omni-debilidad en lugar de la omnipotencia porque es un Dios que no tiene armas; Dios ha escogido la vulnerabilidad, ya que hacerse carne significa que puedo ser herido; es un amor que se hace próximo, que se abaja, perdiendo todo lo mío para dártelo a ti; y el amor loco de Dios. Asimismo, los principios del amor de Dios son: es un amor que no pactará nunca con el mal; un amor que reconcilia, que reúne, que no separa; un amor comprometido con la verdad y la justicia; un amor que confía; y un amor consagrado al amor, que da la vida. El Dios joánico tiene que ver con una gloria que transmite que Dios es amor y un amor vulnerable. “Es un amor humilde, que ha dado la vida hasta la muerte”, indicaba Madre Prado, añadiendo que “Cristo ha querido llevarse al cielo todas las heridas”. “El resucitado nos ha enseñado a caminar con el pie herido”. Después de la clave, Marta y Nacho, un matrimonio de nuestra fraternidad de laicos, dieron testimonio justo el día en que celebraban su aniversario de boda. Ellos se conocieron en el camino de la fe y, desde el inicio de nuestra Comunidad, conocieron a las primeras hermanas, siendo el primer matrimonio que comenzó a formar nuestra Fraternidad de Laicos. Contaban cómo ellos han visto la gloria de Dios en el nacimiento y el crecimiento de nuestra Comunidad y también en los momentos difíciles, en los que tanto las hermanas, como los laicos de la fraternidad, han sido un gran apoyo. Un matrimonio que, junto a sus tres hijos, viven fielmente anclados en el amor de Dios, en la salud y en la enfermedad, que les hace proclamar como en el Salmo: “Me ha tocado un lote hermoso, me encanta mi heredad”. Nuestra Hna. Clara, también daba testimonio para contar su experiencia sobre los últimos meses de vida de su padre. “Las puertas del cielo se abrieron de par en par”. Los primeros momentos tras diagnosticarle la enfermedad a su padre fueron muy difíciles: “Al principio la enfermedad nos quitó las fuerzas”, contaba la Hna. Clara, pero después la enfermedad les dio fortaleza porque su padre sólo tenía que ser hijo del Padre, ponerse en sus manos. “Nos pudimos despedir y hablamos mucho del cielo” y “nos animaba a no estar tristes”, comentaba la Hna. Clara, que también decía que su padre tenía una certeza muy grande del encuentro con el Padre. Después, hubo tiempo de oración, de caminar en medio de la Creación, de contemplar en silencio la ausencia de Jesús que ‘duerme’ cuando conmemoramos el Sábado Santo. A las once de la noche comenzaba la Vigilia Pascual. Iniciamos el recorrido con una hoguera en nuestra Cruz de Mambré y fuimos caminando hacia la Iglesia. Ya dentro, fuimos recorriendo toda la celebración solemne de esta Vigilia donde hacemos memoria de la Historia de Salvación de Dios con su pueblo Israel, a través de una serie de lecturas y salmos. El paso de la oscuridad a la luz también está muy presente en esta noche en la que se simboliza el paso de la Muerte a la Resurrección de Cristo. Este Domingo de Resurrección culminaba el Triduo Pascual con un encuentro donde los asistentes han podido dar testimonio de su experiencia vivida durante estos días en nuestro monasterio.
Después, hemos celebrado la Eucaristía y, a continuación, cerrábamos este Triduo con una comida fraterna. Gracias a todos los que habéis compartido con nosotras este Triduo Pascual. ¡Feliz Pascua de Resurrección! “La gloria de Jesús es el amor del Padre descansando en Él”
Madre Carolina recordaba que el Viernes Santo entonamos el trisagio: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal”, como una confesión de fe ante Jesús crucificado y, también, que la cruz es una “palabra loca” porque Dios sigue la locura del amor. Dios ha elegido lo débil, lo bajo, lo que no cuenta porque Él se hace fuerte en la debilidad. En lo que hay en nosotros de débil somos profundamente amados, rescatados. “Es más grande nuestra confianza en el amor de Dios”, señalaba Madre Carolina, porque la fuerza del Señor se realiza en la fragilidad. Después de la clave pudimos escuchar los testimonios de Guillermo y de la Hna. Jadzia. Guillermo, laico de nuestra fraternidad –casado y con cuatro hijos—, es oncólogo médico y reconoce que en su consulta ve un lugar sagrado, un lugar de encuentro con Dios. Además, explicaba que junto a su mujer han hecho un camino de conversión continua, confiando en el Padre, en un padre que les ama. “Cuando miramos a la cruz, vemos que Dios nos ha amado hasta el extremo”. Nuestra Hna. Jadzia compartía su experiencia al acompañar en sus últimas semanas de vida a su hermano, en él veía a Jesucristo. “He visto al amor vencer”, decía la Hna. Jadzia, y aseguraba que “el sufrimiento no tiene la última palabra, la última palabra la tiene el amor”. Su hermano “murió amando a los suyos y al Señor”. A las doce del mediodía comenzaba el Vía Crucis en nuestra Iglesia de la Reconciliación, de la mano de los niños presentes en nuestro Triduo Pascual. Por la tarde tuvimos un tiempo de mistagogía –catequesis litúrgica— con el sacerdote Manuel González, quien explicaba que el Viernes Santo es el primer día del Triduo: el Viernes Santo, la Pascua de la Cruz; el Sábado Santo, la Pascua del Silencio; y el Domingo de Resurrección, la Pascua de la Luz. ![]() El Viernes Santo celebramos que ha sido inmolada nuestra víctima pascual. La Iglesia medita la Pasión del Señor. El Viernes Santo no es un día eucarístico, sino un día de Cruz: Cristo es el sacerdote que intercede. En la Adoración a la Cruz hay una triple monición y el trisagio: “Santo Dios, Santo Fuerte, Santo Inmortal”. Precisamente, después de la mistagogía, a las cinco de la tarde, comenzaba la celebración de la Pasión del Señor, teniendo como momento clave la Adoración a la Cruz. Por la noche, cerrábamos el día con una oración ante la Cruz, en la que también recordamos cómo María permaneció junto a Jesús, al pie de la Cruz.
“La gloria de Dios es humilde porque ama”
Tras esta primera presentación, comenzaba la primera clave del Triduo, de la mano de la Hna. Inma, en la que nos introdujo en el misterio de la Eucaristía, pasando por tres etapas: la gloria en el Antiguo Testamento; la gloria de Dios en Cristo, en la Eucaristía; y cómo llevar esa gloria de Dios manifestada en la Eucaristía a nuestra vida diaria. En la primera parte, correspondiente al Antiguo Testamento, se recordaba que lo que sucede en el Jueves Santo estaba pensado desde toda la eternidad. “Toda la historia de la salvación se puede recorrer con el hilo de la gloria”, decía la Hna. Inma, explicando que Dios quiere buscarnos, llegar hasta el espacio donde habitamos. Por eso, encontramos la gloria de Dios en la Creación, en el hombre y en la historia. “Dios da un paso atrás para el mundo entero sea”. En este sentido, la Hna. Inma apuntaba que “la gloria del hombre será siempre en relación con otro, con la mirada de los otros”. Una relación en la que Dios da y el hombre acoge y en la que “la gloria de Dios es humilde porque ama”. En la segunda parte, relacionada con la gloria de Dios en Cristo, en la Eucaristía, entrábamos en ese misterio de humildad en el que “Dios se nos entrega a través de los signos del pan y el vino”, decía la Hna. Inma, que destacaba que “toda la vida cristiana toma la forma de la Eucaristía”. La Eucaristía educa la vida, la fe, porque a través de ella “entramos a participar de esa mesa abierta”. Para vivir la comunión con Cristo, hay que vivir en comunión con los hermanos, también entrar en comunión con los que sufren porque, en la Eucaristía, “Dios se ha solidarizado con la humanidad doliente”. En la tercera parte, la Hna. Inma nos invitaba a llevar esa gloria de Dios manifestada en la Eucaristía a nuestra vida diaria, en concreto, el signo del Jueves Santo del Lavatorio de los pies: “Cuando salgas de la Eucaristía, vive este gesto. La Eucaristía continúa cuando salimos de ella”. “Toda esta entrega de Dios es la gloria de Dios que se nos ha manifestado”.
A las siete de la tarde comenzaba la celebración de la Cena del Señor, donde se conmemora la Última Cena de Jesús con sus discípulos, y en la que se originó la institución de la Eucaristía, la institución del Orden Sacerdotal y el mandamiento del Señor sobre la caridad fraterna, por eso, el Jueves Santo también celebramos el día del Amor Fraterno. Al finalizar el día, ya entrada la noche, nos quedábamos acompañando al Señor en oración, en la Hora de Jesús.
Con alegría, compartimos con todos vosotros la invitación a la celebración solemne del Titular de nuestro Monasterio y de la Federación: la Conversión de nuestro Padre San Agustín.
Un momento especial en el que nos unimos para dar gracias por su testimonio de fe, y renovar juntos nuestro camino espiritual. Os invitamos a participar en los actos organizados con motivo de esta celebración: Jueves 24 de abril, a las 18:00 h Eucaristía solemne, presidida por Domingo Amigo, Provincial O.S.A., en la Iglesia de la Reconciliación del Monasterio de la Conversión. Viernes 25 de abril, a las 17:00 h Lectura del Libro VIII de las Confesiones de San Agustín, en la Iglesia de San Manuel y San Benito, en Madrid. Será una alegría compartir con todos vosotros estos momentos de fe, oración y comunión. Para una mejor organización, os agradeceríamos que confirméis vuestra participación rellenando este FORMULARIO Comunidad de la Conversión Con gratitud por la vida y el ministerio del Papa Francisco, nos unimos a toda la Iglesia rezando intensamente en oración por su eterno descanso y para que el Espíritu Santo guíe todas las decisiones y pasos a dar en este momento importante para la Iglesia Madre.
Acompañamos a Jesús en su entrada en JerusalénCon la Cruz a la cabeza de la procesión, nos dirigimos hacia nuestra Iglesia de la Reconciliación donde celebramos la Eucaristía presidida por don Cecilio. Dentro de la Liturgia de la Palabra nos adentramos en la lectura de la Pasión, que nos introduce en la Semana Santa, momento culmen de la vida de Cristo y de todo cristiano. Durante esta semana recorremos los momentos previos a su crucifixión; recordamos su última cena con los discípulos, donde nos dejó para siempre la Eucaristía; acompañamos su dolor en el momento de su muerte en la Cruz; vivimos el silencio en el sepulcro y, finalmente, esperamos con gran alegría su Resurrección. En esta semana vivimos el misterio de la salvación por excelencia: la muerte y resurrección de Cristo por cada uno de nosotros. El Domingo de Ramos es la puerta por la que entramos a esta semana de pasión, a esta Semana Santa. Pedimos al Señor que derrame su gracia sobre nuestra Comunidad y sobre todos los que van a compartir con nosotras este Triduo Pascual. Rezamos intensamente para caminar, unidos a toda la Iglesia, hacia la Pascua. ![]()
“HEMOS CONTEMPLADO SU GLORIA”Jn 1, 14CARTA DE COMUNIÓN | PASCUA JUBILAR 2025 Entramos en la Semana de la Gloria, en la Hora en la que el Hijo del Hombre será entregado (cfr. Jn 12, 12; 13, 1; 18, 19), en ese gozne de la Historia que separa la muerte de la Vida y las tinieblas de la claridad, y transforma la dispersión, distancia y lejanía, en encuentro, reconocimiento, comunión. La Pascua de este Año Jubilar de la Iglesia y de la Comunidad recoge los 25 años de andadura comunitaria en Cristo y en la Iglesia. Este tiempo ha estado alentado por la esperanza pascual. Todo lo vivido ha sido un Camino Pascual en el que hemos podido contemplar su Gloria, ser testigos de ella, de su Presencia entre nosotros como Pan cotidiano, como Siervo “herido de Dios y humillado” (Is 53, 4) y como manifestación de la Gloria de Dios, Vencedor del pecado, del mal y de la muerte. Querer ver a Dios en este mundo, en un cara a cara, tal vez sea la íntima razón de la esperanza del ser humano(1). No poder verle, no poder oírle, no poder tocarle nos deja solos en este mundo que se torna oscuro e inhóspito y, sobre todo, sinsentido. “Si hubieras estado aquí, mi hermano no hubiera muerto” (Jn 11, 21). Este grito constante del hombre por ver su Rostro, es el anhelo más íntimo del hombre (hecho para creer, esperar y amar); verle presente, más allá de escuchar su Voz o ver los signos misteriosos de su misericordia, sería la esperanza cierta. Por eso, el gran mensaje evangélico es que los ciegos ven… y poder contar lo que se ha visto (cfr. Lc 7, 22; 1Jn 1-3). La Humanidad ha estado a la espera de esa manifestación urgente, con gritos, con lágrimas, con súplicas, con búsquedas desesperadas y esperanzadas, porque ha intuido que verle en esta Tierra daría sentido a la vida, al amor, al sufrimiento, a la muerte. Seguir leyendo
¿Querer ver tu Gloria no significa querer ver que triunfa la verdad sobre el engaño, el amor frente al odio, la paz frente a la guerra, la fraternidad frente al fratricidio…? ¿No significa que queremos que actúe y que ese Reino de Justicia, de Amor y de Paz se instaure definitivamente en esta Tierra, en este ahora siempre temporal, limitado, finito, tembloroso e inseguro en el que vivimos? Dios se ha dejado ver y lo que podemos ver de Él no es sino su Gloria (hod, הוד y kabod , כבד K-B-D; doxa, δόξα), la misma persona de Dios manifestándose, haciéndose presente, comunicándonos su más profunda identidad, su gravedad resplandeciente, su plenitud, su Gracia vertida ante el hombre, a la vista del hombre. Y hemos querido recoger su Gloria en un odre, en un Arca (cfr. Jer 14, 21), en una Tienda en el desierto (cfr. Éx 40, 34-38), en un Templo (cfr. 2Cró 7, 1-3) … porque eso nos aseguraba su Presencia consoladora, protectora, cercana, liberadora, su Compañía en el aquí y ahora humanos. Hemos escuchado su voz, hemos visto sus espaldas, hemos sentido sus manos guiadoras, hemos conocido sus entrañas de madre (cfr. Éx 3, 14; 33, 18; Dt 1, 31; Is 49, 14-15), pero el hombre ha pedido siempre una revelación mayor, impensable, total. SU GLORIA EN LO CREADO “El cielo proclama la gloria de Dios, / el firmamento pregona la obra de sus manos” (Sal 18, 2-5). Su Gloria lo llena todo y lo invade de Luz, y esa luminosidad es también lenguaje, palabra que habla de Quien lo ha creado, sostiene y salva. El hombre, ante el espectáculo de lo existente, reconoce la cara oculta y alaba al Creador: “Dad gracias al Señor de los señores: porque es eterna su misericordia. / Sólo él hizo grandes maravillas: porque es eterna su misericordia” (Sal 135, 3-9). Y, junto a esta exultación sálmica, ¿no constatamos los gemidos de parto (cfr. Rm 8, 22-23) de una Creación que, en su dinamismo evolutivo, es violenta y desgarradora, ocasionando tragedias humanas? Nuestra Comunidad ha reconocido en la Zarza Ardiente de lo Creado, de la realidad, un ugar epifánico, el ambón litúrgico desde el cual Él nos habla y deja a su cuidado. Por todo ello, nos hemos sentido llamadas a la vocación del Cuidado de lo Creado, a la responsabilidad por esta Tierra en la que habitamos y habitan tantos millones de seres vivos, para que siga siendo un Oikós sobre todo para los más desfavorecidos a causa del del cambio climático, de la guerra destructora, de los intereses económicos y políticos. SU GLORIA EN EL HOMBRE “La gloria de Dios es el hombre viviente; la vida del hombre es la visión de Dios”(2). El hombre, creado a imagen y semejanza de Dios, no sólo es transparencia de Dios en sí mismo y para sí mismo, sino que, además, es la transparencia de Dios en este mundo, como imagen suya. Todo él está traspasado por su Gloria inmarcesible y así es mensajero, cantor, instrumento musical de Dios en el mundo(3), entona un himno a Dios a través del instrumento polífono y canta con el instrumento que es el hombre: ‘Pues tú eres para mí una cítara, una flauta y un templo”. Este humilde cuenco de barro que es el hombre está hecho para acoger a Dios y el icono es la Encarnación y María como Vaso santo, Morada de Dios. El hombre es capax Dei(4), es receptor de Dios, recipiente y esta recipiencia es lo que le hará reconocerlo y confesarlo(5), alabándolo y adorándolo, sirviéndole hasta dar la vida. Junto a este Don inexorable, el hombre se distancia de Dios y de un designio de Vida, que le da la mejor humanidad, y entonces se transforma en verdugo de sí mismo y del otro, se adueña y domina todo lo que no le pertenece. La misma vulnerabilidad, presente en lo creado, le roza a él, arrastrando consigo el destino de todo lo Creado, que le ha sido confiado. Por ello la aproximación a toda fragilidad, vulnerabilidad y flaqueza humana es la primacía del amor y la compasión, porque el pecado contra la persona o su cuidado decidirá el destino futuro de cada uno de nosotros. Dios ha dejado en el ser humano una huella que resiste toda fealdad y distancia, y esa huella nos grita respeto y amor, porque todos podemos decir “llevo los estigmas de mis iniquidades, pero soy a imagen de tu gloria indecible(6)”. EN CRISTO HEMOS CONTEMPLADO LA GLORIA DE DIOS El Hijo, que estaba vuelto hacia el Padre, se nos manifestó (cfr. 1Jn 1, 2), y en Él hemos visto al fin el Rostro de Dios. Así hemos conocido a Dios, al Padre y al Espíritu. Él nos ha revelado su misericordia, su amor total y sin retorno, nos ha visitado y redimido, es Hijo, Hermano, Siervo, Kyrios, porque ha bajado hasta nuestros infiernos y nos ha alzado con Él. La Gloria de Dios manifestada en Cristo Jesús (cfr. Jn 1, 14) ha atravesado la opacidad de este mundo, ha asumido lo más agónico de la existencia, ha traído a la Historia una novedad inédita y lo ha llevado a cabo revelando su invisibilidad en la visibilidad humilde, asumiendo nuestra vulnerabilidad y convirtiéndola en camino de encuentro con Él, abrazando la temporalidad, la corporeidad y, por tanto, la finitud, el dolor y la muerte. Su Gloria se ha manifestado con un esplendor inesperado: atravesando toda incompletud, toda vulnerabilidad y bajura y dejándose atravesar Él mismo por la herida, la brecha, la hendidura humana. Así se nos presentará como Herido de Dios y Gloria de Dios mismo, Hombre y Dios, Vulnerable y Glorioso. La Gloria del Jueves será la del Siervo, ciñéndose un paño, sirviendo, sentándose a la Mesa de los pecadores y partiendo el Pan, repartiendo el Cuerpo, las vestiduras, escanciando la Copa, ofreciendo la Vida. La Gloria de la Cruz no es otra que la de un Dios que se autolimita por amor, que se “vierte” hacia la Humanidad por amor; en Él hemos visto la Gloria del Dios Trinitario, Dios Comunión, relación de Personas que viven en el Amor y en la autodonación mutua, hasta la kénosis total. La Gloria de Dios es su Amor. Reconocerse amados a pesar y por nuestra fragilidad, vulnerabilidad y quebranto infinito nos levanta del polvo y hace brotar de lo hondo un trémulo pero decidido canto de alabanza y de gratitud. Dios es Amor, y la Resurrección del Hijo es la victoria del Amor sobre la muerte, el pecado y el mal, y el triunfo definitivo de la Vida. Por eso, ante Él “toda rodilla se doble, en el cielo y en la tierra y toda lengua proclame Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre” (Flp 2, 10-11). Ante Él “andamos en una Vida nueva” (Rom 6, 4) siendo una criatura nueva y cantando el Cántico Nuevo (cfr. 2Cor 5, 17): ¡Aleluya! En el cara a cara definitivo “le veremos tal cual es” (1Cor 13, 12) y “seremos semejantes a Él” (1Jn 3, 2) y allí cantaremos el Gloria al Padre, Gloria al Hijo, Gloria al Espíritu que hoy entonamos en esperanza porque “lo que hemos visto, lo que hemos oído, lo que nuestras manos han tocado del Verbo de la Vida…” (1Jn 1, 1) es la primicia de lo que nos espera en el Cielo. En estos 25 años damos gracias al Señor que “nos ha visitado y redimido” (Lc 1, 68), su Amor nos ha sostenido y curado nuestras heridas y permanece con nosotros (Mt 28, 20). ¡Feliz Pascua Jubilar de la Iglesia y de nuestras comunidades! M. Prado Presidenta Federal Federación de la Conversión de San Agustín Sotillo de la Adrada, Ávila España (1) “La ceguera también es esto, vivir en un mundo donde se ha acabado la esperanza.” José Saramago, Ensayo sobre la ceguera, trad. B. Losada, Buenos Aires, Suma de Letras, 2003. Sigla: EC., p. 282. (2) San Ireneo, Adversus haereses, 4, 20, 7. (3) Clemente de Alejandría, Protréptico, cap. I. Madrid: Gredos, 1994, pp. 37-55. “El Logos de Dios… (4) S. Agustín, De Trinit. XIV, 8: PL 42, 1044. (5) Cfr. S. Agustín, Com. Evang. De Juan, 121, 28-29. Tocar al hombre y confesar a Dios. (6) Tropario fúnebre en Paul Evdokimov, El amor loco de Dios; Narcea, Madrid, 1990. ALEMÁN
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Queridos amigos,
compartimos con todos vosotros el horario de la Pascua que celebraremos en el Monasterio de la Conversión . Os pedimos que, si tenéis la intención de uniros a alguna de las celebraciones con nosotras, lo indiquéis en este FORMULARIO. Esto nos ayudará a organizar mejor los espacios dentro de la Iglesia y a vivir los Oficios de manera más ordenada ¡Os deseamos a todos una feliz Pascua! ![]() Del 28 al 30 de marzo, celebramos en el Monasterio de la Conversión nuestro LV Encuentro JÁRIS, titulado "Peregrinos de la esperanza". Este nuevo reunió a participantes de diversas comunidades para reflexionar y compartir sobre la importancia de la esperanza en la vida cotidiana. El encuentro comenzó el sábado por la mañana con una preciosa charla de la Hna. Carolina, titulada "Peregrinos de la esperanza en el tiempo jubilar". Su mensaje alentó a los asistentes a reconocer el valor de la esperanza en momentos de incertidumbre. Posteriormente, el P. Gonzalo Tejerina ofreció su reflexión titulada "Esperar sí, porque sin esperanza no hay vida", profundizando en la necesidad de mantener la esperanza como un pilar fundamental de la existencia.
Después de un almuerzo compartido, la tarde continuó con la clave de Madre Prado, que llevó por título "Cristo, fundamento y vida de nuestra esperanza". Esta charla invitó a los participantes a considerar a Cristo como la base de nuestra verdadera esperanza y auténtica fortaleza. El día concluyó con un paseo y un momento de compartir fraterno, donde los asistentes pudieron ahondar en las reflexiones del día. La jornada finalizó con el rezo de las vísperas, un momento de oración y alabanza a Dios que unió a todos en un espíritu de comunidad.
El domingo, el encuentro se cerró con una última charla del P. Gonzalo, titulada "Transmitir esperanza, educar en la esperanza, ordenar las esperanzas", seguida de una Eucaristía de acción de gracias. Este cierre permitió a los participantes llevar consigo un renovado sentido de esperanza y compromiso en sus vidas.
El LV Encuentro JÁRIS fue, sin duda, un espacio de reflexión, aprendizaje y fortalecimiento de la fe, dejando una huella profunda, una vez más, en todos los asistentes.
Queridos amigos, os queremos invitar a vivir junto a nosotras un espacio de oración.
Tendrán lugar el MIÉRCOLES 9 de abril en la parroquia Santa María del Pinar de Madrid a las 20:45 h. y el JUEVES 10 de abril en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Madrid a las 20:15 h. Muy unidos, os esperamos. Comunidad de la Conversión.
La ceremonia, reunió a toda la comunidad y a un grupo de amigos cercanos que acompañaron a nuestra hermana en este paso importante de su vida como consagrada al Señor.
En la misa que se llevó a cabo junto con el rezo de vísperas, todos los presentes nos unimos a esta acción de gracias con cantos de alegría y bendición. La Hermana Valeria, visiblemente emocionada, expresó su agradecimiento a Dios y a todos los que la han apoyado en su camino espiritual. La Madre Prado y cinco contemplativos participan en el XXXVII Encuentro en Torno al Claustro25/3/2025
En un ambiente de reflexión y espiritualidad, la Madre Prado, junto a cinco contemplativos de distintas órdenes monásticas, ha participado en el XXXVII Encuentro en torno al claustro, un evento especial organizado por la Fundación DeClausura dedicado a la oración en Cuaresma. Durante este encuentro, los participantes compartieron sus caminos espirituales, ofreciendo valiosas perspectivas para vivir este tiempo litúrgico en el año jubilar dedicado a la Esperanza. Este encuentro no solo ha sido una oportunidad para profundizar en la oración, sino también para fortalecer la comunidad de fe en un momento tan significativo. A continuación, os dejamos el video de la entrevista, donde podréis conocer más sobre sus experiencias y reflexiones. El Monasterio de la Conversión se complace en anunciaros nuestra participación en la iniciativa convocada por la Fundación DeClausura, que reúne a monjas y monjes de clausura de toda España. Este año, el jueves 27 de marzo a las siete de la tarde, nos uniremos a la llamada a la oración cuaresmal en monasterios y conventos, una hermosa oportunidad para fortalecer nuestra conexión con Dios y con la comunidad. La Fundación DeClausura promueve esta iniciativa con el objetivo de orar junto a los contemplativos, respondiendo así a la invitación de la Iglesia católica a todos sus fieles durante la Cuaresma. En esta segunda edición, se destaca la importancia de la oración en nuestras vida personal, en la vida de la Iglesia y en el mundo, un mensaje que el Papa Francisco ha subrayado en 2024, Año de la Oración. Conscientes del valor que los monasterios y conventos tenemos como escuelas de oración, esta iniciativa facilita el acercamiento a Dios de la mano de las comunidades contemplativas. Un total de 124 monasterios y conventos en todas las comunidades autónomas, abriremos nuestras puertas para acoger a quienes deseen unirse a esta experiencia de oración. Las comunidades participantes incluyen a Agustinas, Benedictinos, Carmelitas, Clarisas, Franciscanas y muchas más, todas listas para recibir a los orantes que se acerquen a rezar con ellos. Esta oración, que se llevará a cabo el tercer jueves de Cuaresma, también responde al mensaje del Papa Francisco, quien nos invita a “caminar juntos” y a ser “artesanos de unidad”. Nos anima a reflexionar sobre nuestra actitud de acogida hacia quienes se acercan a nosotros y a crear un ambiente donde todos se sientan parte de la comunidad. Te invitamos a unirte a nosotros en esta jornada de oración este jueves 27 de marzo a las siete de la tarde en nuestra Iglesia de la Reconciliación, donde viviremos juntos la unión y comunión con todos los que deseen rezar con nosotros. ¡Esperamos verte aquí! Dónde orar
¡Ya tenemos fechas para los próximos Civitas Dei, 2025! A continuación encontrarás enlaces para obtener más información, nuestros datos de contacto y, sobre todo, los formularios de inscripción. Si ya sabes que quieres venir a Civitas Dei este verano, te animamos a inscribirte cuanto antes - ¡tenemos plazas limitadas! Y como siempre, no dudes en invitar a nuevos amigos a vivir esta experiencia, y construir así juntos la Ciudad de Dios. ¡Os esperamos! PARA MÁS INFORMACIÓN ESCRIBE A:
[email protected] Las XXVII Jornadas Agustinianas del Centro Teológico san Agustín del pasado 28 de febrero y 1 de marzo tuvieron como título "La oración, una ventana a la esperanza". Una de las ponencias fue ofrecida por M. Carolina Blázquez sobre el tema "La teología de la oración de la liturgia de las horas: teoría y desarrollo práctico". Podéis seguir la conferencia a través del siguiente enlace y ahondar así en el sentido, fundamento y espiritualidad de la oración litúrgica de la Iglesia. ![]() Con gran alegría la comunidad quiere compartir nuestra colaboración con el proyecto MED25- Bel Espoir: Un Barco, Escuela de Paz. Se trata de una iniciativa que surgió del deseo del Papa Francisco de llevar la Esperanza, en este Jubileo del 2025, a todas las costas del Mediterráneo. No es una novedad que la Iglesia quiera fomentar una cultura de paz y de diálogo en esta región del mundo pues ya desde 2020 se realizan los “Encuentros del Mediterráneo”. En el último encuentro de septiembre de 2023, en Marsella, el Papa Francisco, en su discurso conclusivo decía:
y pedía que:
Y ésta ha sido la motivación de más de 200 jóvenes para embarcarse en la aventura del Bel-Espoir (Bella Esperanza). Se trata de jóvenes de los países de la cuenca de nuestro mar (Francia, España, Egipto, Rumanía,Italia, Argelia, Palestina, Marruecos, Túnez, Bosnia & Herzegovina,...) que han sido seleccionados por su deseo de ser artesanos de paz. Durante los próximos 8 meses (marzo-octubre) se embarcarán para profundizar en las aguas de la fraternidad, del diálogo, de la búsqueda conjunta de la paz. Para ello recibirán visitas en diversas escalas, intercambios, coloquios… …Y nuestra oración y formación.Ya en los anteriores Encuentros del Mediterráneo varias comunidades contemplativas (agustinas de Pennabilli y Rossano en Italia, clarisas de Egipto, Albania e Israel, carmelitas de Alepo,...) participamos de diversas maneras, en especial, con la oración.
Nuestra Comunidad de la Conversión este año acompañará espiritualmente (en la oración, testimonio y envío de material formativo) a los jóvenes que realizarán la etapa de La Valette (entre abril y mayo) cuyo tema es “Mujeres en el Mediterráneo” (puedes encontrar más información pinchando aquí). Queridos amigos, os queremos invitar a vivir junto a nosotras un espacio de oración.
Tendrán lugar el MIÉRCOLES 12 de marzo en la parroquia Santa María del Pinar de Madrid a las 20:45 h. y el JUEVES 13 de marzo en la parroquia Nuestra Señora del Rosario de Madrid a las 20:15 h. Muy unidos, os esperamos. Comunidad de la Conversión.
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