Así nació la vocación de Sofía: “El Señor nos llama para ser felices, ¿cómo no vamos a responder?”18/8/2024
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“Mi peso es mi amor; Él me lleva” (San Agustín, Confesiones XIII, 9, 10)
Acompañada de sus hermanas: Sara y Verónica; de familiares, amigos, de los laicos de nuestra fraternidad y de todas las personas cercanas que han querido estar con ella en este paso tan importante de la Consagración, nuestra Hermana Sofía decía sí a Cristo con los votos de castidad, pobreza y obediencia Varios sacerdotes concelebraron la Eucaristía, presidida por el obispo emérito de la Diócesis de Ávila, don Jesús García Burillo. Un día de inmensa alegría con el que comienza para nuestra Hermana Sofía un tiempo fuerte de entrega en la Comunidad, en la Iglesia, dentro de nuestra Orden de San Agustín. Eso sí, con el descanso de saber que su peso es su amor y que es Cristo el que la lleva cada día más hacia Él. Acción de graciasMi peso es mi Amor; él me lleva son también las palabras que hablan de ti, Señor. Empiezo mi acción de gracias reconociendo con gratitud el gran amor que me has revelado en estos años a través de tu Palabra y la Eucaristía, llamándome cada día y sosteniéndome en mi respuesta. Tú me has llevado; has sido columna de nube en el día y columna de fuego en la noche, y por amor de tu amor, yo, pequeña parte de tu Creación, quiero alabarte hoy, junto a estos hermanos míos que me acompañan y celebran conmigo tu inmenso amor.
Gracias, Señor, por el don de mi vida; por pensarla, desearla y custodiarla. Gracias por hacerla hoy conmigo ofrenda como respuesta al AMOR. Tú has dicho hágase y mi vida ha sido. Has creado y recreado mi historia continuamente, hasta llegar al día de hoy. Por este misterio de amor, te doy gracias. Gracias por mi familia y mis amigos, por cada persona que has puesto en mi camino que como el Buen Samaritano se han acercado a mí y me han subido a su propia cabalgadura hasta llevarme a Ti. Gracias por regalarme a mis hermanas Sara y Vero que han sido para mí testimonio claro de entrega y amor. Gracias por el don de la fe que me regalaste en el seno de mi colegio CEU San Pablo, a donde fui llevada por Ti sin saberlo, para que ellos me llevaran a Ti sabiéndolo. Gracias porque a través de la enfermedad te revelaste como Dios con nosotros y has seguido haciéndolo con fuerza hasta el día de hoy. En mi fragilidad has hecho alianza conmigo y me has enseñado que me basta tu Gracia. Gracias por mi parroquia que ha acompañado mis primeros pasos de seguimiento; por Ángel y Miguel, que me han ayudado a escuchar tu voz de Buen Pastor. Gracias también porque a través de la parroquia llegué a este lugar que Tú me habías preparado como hogar. Gracias por cada hermana a la que has llamado de nuestra Federación, a las que hoy me vinculas por amor, con ellas empecé este camino y con ellas deseo entregar mi vida. Gracias por su compañía fiel en el camino; por concederme experimentar cuán bello y gozoso es que los hermanos vivan unidos. Gracias por nuestra fraternidad de laicos, por cada uno de nuestros hermanos que ha respondido a tu llamada y caminan con nosotras hacia Ti. Gracias por llamarme a formar parte de la Orden de san Agustín, por tantos hermanos y hermanas que me han precedido y me preceden en este Santo Viaje; gracias por Nuestro Gran Padre Agustín, por su testimonio que en mi noviciado me ha ayudado a volverme una y otra vez a Ti. Te has fijado en mi pequeñez y has hecho obras grandes por mí, por eso te cantará mi alma sin callarse, Señor y te daré gracias por siempre. “Padre, me has amado antes de la creación del mundo” |
Coincidiendo con la festividad de Nuestra Señora de Lourdes, el pasado domingo celebrábamos con nuestra hermana Aisling, natural de Irlanda, su Profesión Simple. Con el paso de la Consagración, a través de los votos de pobreza, castidad y obediencia, comienza un tiempo de mayor intimidad con Cristo y de afianzar su vida en nuestra Comunidad. |
“Padre, me has amado antes de la creación del mundo” (Jn 17, 24) es el lema que nuestra hermana Aisling ha elegido para su Profesión Simple, con el que ha querido expresar que el amor de Dios por ella, antes de todo lo creado, es el que ha hecho posible esta respuesta a su amor y a su llamada.
La creación, en la que se puede contemplar la obra de Dios, y la peregrinación, como hombres y mujeres en camino hacia la casa del Padre, son dos de los pilares que han acompañado a nuestra hermana Aisling en su camino vocacional y en su vida.
La creación, en la que se puede contemplar la obra de Dios, y la peregrinación, como hombres y mujeres en camino hacia la casa del Padre, son dos de los pilares que han acompañado a nuestra hermana Aisling en su camino vocacional y en su vida.
Acompañada por su familia que vino desde Irlanda, así como de amigos llegados también de Irlanda y de otros países, la ceremonia estuvo presidida por el Padre Agustino, Miguel de la Lastra, con el que concelebraron varios sacerdotes y padres agustinos, ante la mirada atenta de todos los que fuimos testigos de este paso de nuestra hermana Aisling en su vida consagrada.
Durante la celebración, la liturgia destilaba un aire irlandés a través de los cantos y los instrumentos que nos ayudaron a adentrarnos en el misterio de la Eucaristía y en cada signo propio de esta celebración litúrgica de la Profesión Simple.
Continuamos en este clima orante y pedimos para nuestra hermana Aisling el don de la fidelidad para poder responder cada día al amor de Dios, que nos ama a cada uno antes de la creación del mundo.
Gracias porque ellas mismas han querido que ese fuera el sentido del paso que dieron el sábado 1 de octubre, en presencia de familiares, amigos, laicos de nuestra fraternidad, sacerdotes y muchas más personas que quisieron ser testigos del sí de nuestras hermanas.
Las dos se sienten especialmente peregrinas y, en ese camino hacia el Padre, buscan cada día el rostro de Dios acompañadas por la Comunidad y también por todas las personas que forman parte de sus vidas, así como de todos aquellos que se van encontrando en este camino.
El sí que Victoria e Inés han dado en su Profesión Simple viene acompañado de una enorme gratitud porque se sienten cuidadas por un Padre providente que les acompaña adonde quiera que vayan. Por eso, las dos quisieron dar las gracias por este tiempo vivido en Comunidad, en el que han ido confirmando la voluntad del Señor sobre sus vidas.
ACCIÓN DE GRACIAS
Al llegar al día de hoy, después de este camino recorrido, aquello que más resuena en nuestros corazones es la gratitud. La gratitud al Padre porque Él nos amó primero, porque antes de nuestro nacimiento nos pensó, nos amó y nos creó. Habiendo reconocido esto en nuestra historia, queremos unirnos a María y proclamar con ella las grandezas que Él hace.
Como más veces nos habéis oído decir, para nosotras gracias es una palabra que abarca más de lo que nuestras humildes palabras o el mejor discurso pueden expresar. Es por ello que queremos elevar juntos estas palabras a Dios:
Te damos gracias, Padre por llamarnos a la vida, por formarnos como criaturas tuyas a imagen y semejanza.
Te damos gracias, Padre porque hemos visto lo que has creado y contigo podemos decir que es muy bueno. Y escuchando el cántico de la creación que nunca cesa de alabarte podemos proclamar junto con ella que Tú nos hiciste.
Te damos gracias, Padre porque nos formaste en el seno materno y nos hiciste el regalo de nuestros padres y hermanos que tanto nos ha custodiado y querido. Cómo tú, que decidiste encarnarte en el seno de María y junto con José formar una familia, siendo así modelo para nuestros padres.
Te damos gracias, Padre por todos aquellos compañeros de camino que nos han visto crecer desde la más tierna infancia y que nos ayudan a volver a ella con tantos bonitos recuerdos.
Te damos gracias, Padre por todos aquellos que nos han enseñado a los más pequeños los misterios de tu Reino, profesores, preceptoras... Al igual, que Jesús al bajar de la montaña, enseñó a rezar a los que le encomendaste.
Con María, en el momento en el que fue a visitar a su prima, hemos aprendido el valor de la Gran Familia. Hoy nosotras, hemos sido visitadas por ellos. Es por esto que, junto a ellos, te damos gracias, Padre.
Alzando los ojos al Cielo, te damos gracias, Padre por nuestros abuelos. Esos luceros brillantes que permanecen en la bóveda celeste proclamando tu nombre.
Te damos gracias, Padre por tantos mensajeros de la Buena Noticia que han sido instrumentos de tu voluntad siendo en el mundo Alter Christus. Cómo aquellos discípulos a lo que enviaste a ir de dos en dos a todos los pueblos y lugares donde pensabas ir. Ellos sacerdotes entregados nos mostraron la belleza de la entrega en el seguimiento.
Te damos gracias, Padre porque nos regalaste una parroquia donde custodiar nuestra fe, donde avivarla y hacerla crecer rodeándonos de peregrinos en la fe que unidos buscamos tu Rostro y deseamos llegar al Cielo en equipo.
Te damos gracias, Padre, tú que eres el buen Pastor y has reunido a tu Iglesia, que unida camina hacia a ti, con el deseo de ser luz en todos los rincones de la tierra.
Te damos gracias, Padre por habernos regalado una Comunnitas con la que peregrinar con un solo corazón y una sola alma hacia Dios, teniéndote a ti cómo nuestra herencia común. Gracias por el don inmerecido de tantas hermanas. Imitando a María, junto a nuestro sí ponemos ante ti el sí de cada hermana.
Para terminar, Padre, con el corazón sobrecogido te damos gracias, porque mirando nuestra pequeñez nos has llamado, y nosotras, sabiéndonos hijas tuyas te respondemos: Heme Aquí.
Gracias, Padre.
Como más veces nos habéis oído decir, para nosotras gracias es una palabra que abarca más de lo que nuestras humildes palabras o el mejor discurso pueden expresar. Es por ello que queremos elevar juntos estas palabras a Dios:
Te damos gracias, Padre por llamarnos a la vida, por formarnos como criaturas tuyas a imagen y semejanza.
Te damos gracias, Padre porque hemos visto lo que has creado y contigo podemos decir que es muy bueno. Y escuchando el cántico de la creación que nunca cesa de alabarte podemos proclamar junto con ella que Tú nos hiciste.
Te damos gracias, Padre porque nos formaste en el seno materno y nos hiciste el regalo de nuestros padres y hermanos que tanto nos ha custodiado y querido. Cómo tú, que decidiste encarnarte en el seno de María y junto con José formar una familia, siendo así modelo para nuestros padres.
Te damos gracias, Padre por todos aquellos compañeros de camino que nos han visto crecer desde la más tierna infancia y que nos ayudan a volver a ella con tantos bonitos recuerdos.
Te damos gracias, Padre por todos aquellos que nos han enseñado a los más pequeños los misterios de tu Reino, profesores, preceptoras... Al igual, que Jesús al bajar de la montaña, enseñó a rezar a los que le encomendaste.
Con María, en el momento en el que fue a visitar a su prima, hemos aprendido el valor de la Gran Familia. Hoy nosotras, hemos sido visitadas por ellos. Es por esto que, junto a ellos, te damos gracias, Padre.
Alzando los ojos al Cielo, te damos gracias, Padre por nuestros abuelos. Esos luceros brillantes que permanecen en la bóveda celeste proclamando tu nombre.
Te damos gracias, Padre por tantos mensajeros de la Buena Noticia que han sido instrumentos de tu voluntad siendo en el mundo Alter Christus. Cómo aquellos discípulos a lo que enviaste a ir de dos en dos a todos los pueblos y lugares donde pensabas ir. Ellos sacerdotes entregados nos mostraron la belleza de la entrega en el seguimiento.
Te damos gracias, Padre porque nos regalaste una parroquia donde custodiar nuestra fe, donde avivarla y hacerla crecer rodeándonos de peregrinos en la fe que unidos buscamos tu Rostro y deseamos llegar al Cielo en equipo.
Te damos gracias, Padre, tú que eres el buen Pastor y has reunido a tu Iglesia, que unida camina hacia a ti, con el deseo de ser luz en todos los rincones de la tierra.
Te damos gracias, Padre por habernos regalado una Comunnitas con la que peregrinar con un solo corazón y una sola alma hacia Dios, teniéndote a ti cómo nuestra herencia común. Gracias por el don inmerecido de tantas hermanas. Imitando a María, junto a nuestro sí ponemos ante ti el sí de cada hermana.
Para terminar, Padre, con el corazón sobrecogido te damos gracias, porque mirando nuestra pequeñez nos has llamado, y nosotras, sabiéndonos hijas tuyas te respondemos: Heme Aquí.
Gracias, Padre.
Hna. VirginiaNuestra hermana, Virginia, natural de Puertollano profesó este I domingo de Adviento, bajo el lema "permaneced en mí ". La tarde anterior dio su testimonio en el entorno de vísperas. Celebramos un encuentro con la familia y finalmente en la eucaristía del domingo profesaba los votos temporales. |
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Vísperas I | Profesión Temporal |
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...de la hermana Heike Blees
En este Año santo compostelano, nuestra hermana, que llegó desde Alemania como peregrina, hace sus votos al Señor. Os compartimos su testimonio y la celebración vivida. Testimonio..."Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada." Pero yo dudé y contesté: "Pero yo quiero ser feliz y no puedo creer que yo, viviendo con 40 mujeres en una casa todos los días, pudiera ser feliz. Lo siento, pero me falta imaginación. Pensaba que no podría sentirme libre, no podría ser yo misma."... |
...Testimonio completo
Esta llamada: "Sal de tu tierra, de tu patria, y de la casa de tu padre, a la tierra que yo te mostraré" siempre ha resonado en mi corazón. Recuerdo que, durante la experiencia que hice en casa, un día estaba sentada en una roca, en la entrada de la finca, con la vista a nuestra casa (todavía no existía la Iglesia), resonaban en mi interior las palabras que el Señor dijo a Abraham: "Levanta la vista desde el lugar donde estás, y mira hacia el norte y hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste. Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada." Pero yo dudé y contesté: "Pero yo quiero ser feliz y no puedo creer que yo, viviendo con 40 mujeres en una casa todos los días, pudiera ser feliz. Lo siento, pero me falta imaginación. Pensaba que no podría sentirme libre, no podría ser yo misma." Pero, Él me lo ha confirmado y me dicho a través de la Sagrada Escritura que me concedería lo que mi corazón deseaba y yo he confiado. Realmente al principio me costó mucho, otro lengua y cultura, la nueva forma de vida, todo fue extraño y desconocido para mí, tantas hermanas distintas, la frustración de no entender y no sentirme entendida, la incapacidad de expresarme bien, mi falta de paciencia, mi exigencia conmigo misma, relaciones complicadas, el cansancio del castellano, valenciano y andaluz. He estado agotada y agobiada. Cada día fue una lucha y mis fuerzas se me han ido más y más... y rápidamente he llegado a mis límites, hasta el punto de que he notado que yo con mis fuerzas no puedo más, no puedo vivir esta vida. Antes siempre pensaba que yo puedo con todo, me he visto como una mujer bastante fuerte y realmente en mi vida he manejado todo bastante bien... y llegué al punto de NO- PODER. Me acuerdo de que en el Camino de Santiago, cuando lo hice entero por primera vez, me surgió el deseo de experimentar este momento de No-PODER-más. A veces me pasó que me sorprendían las ideas y pensamientos que tenía en mi cabeza, me parecían tan extraños, como si no fueran mías. Y ¿para qué sirve esto? Pero bien, en el camino no he llegado a este punto, he estado demasiado fuerte, perseverante y ambiciosa. Pero aquí, pensaba tengo que poder, porque Dios me ha llamado a este lugar, y solo Él sabe el camino de mi felicidad. Pensaba, lo que responde Simón Pedro en el Evangelio que toca mañana, en el día de mi profesión, cuando Jesús le preguntó si también ellos quieren marcharse, responde Simon:” ¿Señor a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.” Entonces seguí luchando pero para mi desgracia fijándome en mi capacidad, mi energía y mis fuerzas, que no tenía y me provocaba mucha angustia hasta que empecé a gritar al Señor: “Si este es el camino, que tú quieres para mi, entonces ayúdame, porque yo de mis fuerzas no puedo!” Y poco a poco he vuelto con la mirada al Señor y empecé a dejar de fijarme en mis fuerzas, empecé a confiar en su poder, en sus fuerzas, empecé a descansar en Él. Así seguí mi camino confiando en su promesa, día tras día agarrándome a su palabra, escuchándola y rumiándola, buscando su voluntad, admirando su grandeza, entregándome en sus manos confiadamente, dejándome transformar, quitando mis disfraces, mis miedos, mis ataduras y confusiones, librándome de lo que me impide ser yo misma, la hija que Él pensaba y quería, y sobre todo dejándome cuidar y amar por Él. Y poco a poco, despacio, suavemente, a veces era más y a veces menos perceptible, pero de forma constante me he arraigado en Él y así me aumentaba la paz y la alegría interior. Así aprendí a entender que sin Él no puedo nada, pero con Él todo es posible. Y ¿las 40 hermanas? Me ayudaban en todo este camino, como mediadoras de su voluntad y obreras de su viñedo, cada una a su manera. Como son muchas, hay una multitud de diversidades. Algunas me apoyan, me corrigen, me sitúan en la realidad, me dan ejemplo, me enseñan mucho sobre mí misma, me muestran mis faltas y ataduras, esto especialmente en las relaciones que me parecían más difíciles. A veces me parecía que estas hermanas me estorbaban, pero también ellas colaboran en la misión salvadora, muchas veces inapreciablemente. Sin embargo despiertan en mí el anhelo de ser libre, sin estorbos y obstáculos, que me impiden actuar como quiero, libre, sencilla, honrada y sobre todo con amor. En realidad soy yo misma la que me estorba, y estas hermanas me abren los ojos, donde todavía no soy libre y por eso para mí todas las hermanas son una gracia. Estoy más y más feliz y me siento más libre y verdaderamente más yo. Entonces ahora os puedo decir que no solo es posible ser feliz viviendo con 40 hermanas en una casa, sino que se necesita una multitud de hermanas para llegar a esta felicidad. Lo estoy experimentando cada día más, recibiendo Su presencia en este lugar tan precioso, en las hermanas, en la Comunidad, que Él ha formado. No lo puedo describir mejor que con las palabras de Jacob: “Qué temible es este lugar! Esto no es otra cosa sino la casa de Dios y la puerta del cielo!” Realmente he entrado en el país adonde Él me envió, y en verdad es una tierra que mana leche y miel. Y ahora quiero recorrer y saborear esta tierra prometida junto con todos vosotros a lo largo y a lo ancho, hasta el final. Doy gracias al Señor por todas las personas que Él me ha puesto en este camino, especialmente a cada una de las hermanas. GRACIAS! |
Ceremonia |
FOTOS
| Ceremonia |
Fotografías
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Hna. Ana Mª Juan, o.s.a.Nuestra hermana Ana de Cocentaina (Alicante), hizo su Profesión Simple este lunes en la Festividad de Nuestra Señora del Pilar, acompañada de amigos y familiares. Presidió la ceremonia D. Juan Antonio Reig Pla, obispo de Alcalá, natural de Cocentaina como dejó claro en el encuentro y que tanto cariño mostró a sus paisanos. |
| Ceremonia |
El sábado 25, hemos tenido la alegría de vivir la Profesión de votos temporales de Jadzia y Clara.
Desde Polonía y Cataluña, de donde proceden nuestras dos hermanas, llegaron numerosos familiares y amigos.
P. Domingo Amigo, o.s.a., presidente de la Federación de provincias, presidió la eucaristía, acompañado de numerosos sacerdotes, también de aquellos sacerdotes que acompañaron desde el inicio a nuestras hermanas, P. Maciej OP y el P. Alberto
Desde Polonía y Cataluña, de donde proceden nuestras dos hermanas, llegaron numerosos familiares y amigos.
P. Domingo Amigo, o.s.a., presidente de la Federación de provincias, presidió la eucaristía, acompañado de numerosos sacerdotes, también de aquellos sacerdotes que acompañaron desde el inicio a nuestras hermanas, P. Maciej OP y el P. Alberto
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Momento en que se comprometen ante la Iglesia a vivir la vida común en el Monasterio y la rúbrica sobre el altar.
Entrega del velo como signo de consagración y la acogida con el abrazo agustino.
Las hermanas dando gracias al finalizar la celebración.
Hna. Carmen Corral
La Comunidad ha tenido la alegría de celebrar la Profesión de votos temporales de nuestra hermana Carmen, en la Parroquia de Sotillo, rodeada de familiares y amigos.
Agradecemos la presencia de la comunidad de Cursillos y de los sacerdotes que acompañaron la vida de Carmen previa al Monasteiro.
"Siento que si doy este paso no es porque yo haga nada sino porque la mirada de Jesús me precede. Él me miró incluso antes de llamarme y desde que hice mi Cursillo de Cristiandad en 2012 y posteriormente con mi entrada en el Monasterio, el Señor ha reconciliado toda mi historia. En verdad es una historia de salvación". Carmen Corral
Agradecemos la presencia de la comunidad de Cursillos y de los sacerdotes que acompañaron la vida de Carmen previa al Monasteiro.
"Siento que si doy este paso no es porque yo haga nada sino porque la mirada de Jesús me precede. Él me miró incluso antes de llamarme y desde que hice mi Cursillo de Cristiandad en 2012 y posteriormente con mi entrada en el Monasterio, el Señor ha reconciliado toda mi historia. En verdad es una historia de salvación". Carmen Corral
Video resumen | |
Las hermanas Isabel y María | El sábado 27 de enero, han profesado los votos simples las hermanas Isabel y María, ambas de Madrid. La ceremonia ha sido en la Parroquia de la Santísima Trinidad de Sotillo de la Adrada acompañadas por la comunidad, sus familias y sus comunidades en la fe. Más de veinte sacerdotes en el presbiterio y una parroquia a rebosar, han sido testigos de su SÍ al Señor. |
Desde aquí os invitamos a sumaros a nuestra alegría y nuestras oraciones para perseverar en el camino contando siempre y primero de todo con Su fidelidad.
| 4 hermanas |
Sí a poner todo el empeño en tener un solo corazón y una sola alma hacia Dios, prometiendo sobre la Regla Agustiniana, los votos de pobreza, castidad y obediencia.
El próximo día 21 de octubre profesarán votos temporales las hermanas:
Rosario, de Aranjuez
Karol, de Costa Rica
Noémi, de Hungría y
María, de Talavera de la Reina
Rosario, de Aranjuez
Karol, de Costa Rica
Noémi, de Hungría y
María, de Talavera de la Reina