(Encuentro con nuestros "vecinos" ortodoxos del Monasterio de Cenicientos, justo en la semana previa, ya que no podrían asistir del 18 al 25 de enero)
En la oración de la mañana y de la tarde eran nuestro pan, lo que rumiábamos todas en la presencia del Señor y durante el día nos daba fuerzas para ser sembradoras de comunión. La oración ha sido muy intensa en esta semana y en ella el Espíritu nos ha infundido mayor dolor por la división y un deseo más profundo de comunión. Cada tarde nos hemos reunido para tener un momento de formación comunitaria. Hemos reflexionado sobre el tema bíblico propuesto "Permaneced en mi amor y daréis fruto abundante", hemos conocido la historia de la Comunidad de Grandchamp y de una de sus superioras durante muchos años sor Minke de Vries.
Señor Jesús, que has orado para que todos sean uno, te rogamos por la unidad de los cristianos, como Tú la deseas, por los medios que Tú deseas. Que tu Espíritu nis conceda sentir el sufrimiento de la separación, ver nuestro pecado, y esperar más allá de toda esperanza. Amén. Domingo, 24, en la tarde, hicimos la celebración ecuménica propuesta por las hermanas de Grandchamp. Propusieron un signo de comunión: la rueda. Cristo es el centro y nosotros somos los rayos en la medida en que estamos unidas al centro estamos unidas entre nosotras. Esta imagen procede de un texto precioso de san Doroteo de Gaza que os compartimos: «...Una imagen sacada de los Padres. Supongamos que tenemos un círculo trazado en la tierra, es decir, una línea redonda trazada con un compás y un centro. Se llama precisamente centro el punto medio del círculo. Estad atentos a 10 que ahora os digo. Imaginad que este círculo es el mundo; el centro es Dios; los rayos son las diferentes sendas o formas de vivir de los hombres. Cuando los santos, deseando acercarse a Dios, caminan hacia la mitad del círculo, en la medida que penetran en el interior, se acercan los unos a los otros al mismo tiempo que se van acercando a Dios. Cuanto más se acercan a Dios, más se acercan los unos a los otros; cuanto más se acercan los unos a los otros, más se acercan a Dios. Comprendéis que lo mismo sucede en sentido inverso, cuando se apartan de Dios para retirarse hacia el exterior; es evidente que cuanto más nos alejamos de Dios, más nos alejamos los unos de los otros, y cuanto más nos alejamos los unos de los otros, más nos alejamos también de Dios» Clausura de la semana de oración que puedes seguir por YouTube:
(Pulsa para ampliar) Para terminar ayer la comunidad se reunión para recoger juntas los frutos de todo lo vivido y prolongarlos en la vida cotidiana de este nuevo año que se inicia. Queremos vivir y desvivirnos por la unidad. En este sentido os proponemos a todos uniros a nosotras cada jueves para rezar especialmente por la unidad de los cristianos recitando juntos en algún momento de oración el capítulo 17 de san Juan en el que Cristo expresa su deseo de unidad: "Que todos sean uno, como Tú, Padre en mí y yo en Ti, para que el mundo crea que me has enviado y los has amado a ellos como me has amado a mí". Los comentarios están cerrados.
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