Crónica desde Montefiolo, Italia

Nuestras hermanas en Montefiolo nos siguen mandando noticias cada día de la Semana de Oración por la Unidad de los cristianos.
​Compartimos con vosotros estos pequeños pasos tan verdaderos...

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Lunes, 20

Por la mañana, de nuevo salimos a las calles, esta vez del pueblo de Cantalupo, para anunciar el programa de oración y encuentros que durante esta semana realizamos en la comunidad de Montefiolo. Algunos de los que nos escucharon se unieron al rezo de vísperas de esa misma tarde.
El martes 21 por la tarde, realizamos un "seminario" sobre  reconciliación y  perdón al que asistió un pequeño grupo de Casperia y de Cantalupo. Después, celebramos juntos la Eucaristía.

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5ª jornada...Celebrar juntos

El miércoles, quinta jornada de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, las hermanas de Montefiolo, y algunos amigos y vecinos que nos han acompañado, hemos celebrado la Eucaristía ofreciéndola especialmente por la Reconciliación y la Unidad.

Hemos contado con la presencia de Loreta y Franco, responsables de ecumenismo de nuestra diócesis de Poggio Mirteto. Este matrimonio, que por primera vez visita el monasterio, ha expresado su agradecimiento a la comunidad por nuestra sensibilidad ecuménica y las iniciativas que durante estos días estamos llevando a cabo. Segùn nos han contado, las poblaciones de esta zona tienen una gran diversidad religiosa y cultural y es necesario, por eso, trabajar para acortar distancias y provocar encuentros entre los distintos.

Estamos seguras de que es en la simplicidad de este celebrar juntos donde puede ir creciendo la unidad, que se inicia en lo pequeño, lo que está abajo, a pie de calle. ​

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Día 6º...Compartir la mesa

El sexto día, la comunidad ha ofrecido un ágape fraterno, signo de una hospitalidad que abre la casa, pone la mesa y da de comer a aquellos que acoge. Como bendición de esta "comida" hemos leído el Poema de Madre Prado, y sus palabras han puesto nombre a los elementos que conformaban nuestra mesa de hoy, preparada con todo detalle. Hemos contado con una decena de participantes, resultando un ambiente cercano y familiar. Antes del ágape hemos rezado vísperas juntos, pidiendo el don de llegar a  ser personas que a todos acojan, como Jesús. ​