Civitas Dei - 2017

"PANGEA
​En el principio éramos uno"

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1. Campo de trabajo:

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Nuestra Comunidad, con el deseo de hacer llegar a los jóvenes la posibilidad de vivir unos días entre el trabajo y la formación, un año más hemos ofrecido un “Campo de Trabajo”. Las mañanas las hemos dedicado al trabajo de campo y construcción, mientras que las tardes han sido orientadas a la formación y la oración. La experiencia tiene el sello de ser vivida al amparo de un Monasterio y una comunidad religiosa que se dispone a vivir al servicio de cada joven que viene buscando a Dios. 
Este año hemos profundizado en la llamada que todos, como cristianos, tenemos a vivir la comunión. Como Comunidad nos preocupa la división, el mal, la lejanía del hombre con Dios y con el hermano. Por eso la reconciliación, el perdón, la unidad, la comunión…, se convierten en palabras claves que definen nuestra espiritualidad. De ahí nuestro interés por trabajar en esta dirección.
Han sido unos días preciosos en los que hemos vivido la experiencia de encuentro con Dios a través de la fraternidad, la acogida, la música, la formación, la Eucaristía, los encuentros, el trabajo, la belleza, la creación… Todo vivido en un ambiente de simplicidad que hace que el Reino se haya hecho presente. ¡Damos gracias al Señor, a Miguel, presbítero que ha acompañado esta experiencia, y a cada uno de los jóvenes que la han hecho posible! DEO GRATIAS.

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2. Campamentos - NIÑOS

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La primera semana de Julio, nuestra casa fue ocupada por la alegría, la inocencia, por unas ganas tremendas de aprender, de disfrutar, de jugar, de vivir…. Y es que veinte niños de entre 7 y 11 años llegaron de distintas partes  con una finalidad: Pangea. 
Cada día nos vimos inmersos en un continente que nos enseñaba su cultura, su lengua, su música, su arte y sus juegos. Nos íbamos empapando día tras día de la diversidad tan maravillosa que habita y engloba nuestra casa, la Tierra. América, Asia, Oceanía, África, Europa…despertábamos cada día queriendo formar parte de uno de esos lugares que tal vez jamás vayamos a ver con nuestros propios ojos, pero que en esta semana han ido entrando en nuestro corazón.  
Gracias a los monitores y las hermanas, nuestros pequeños han vivido una semana donde se les ha mostrado el mundo, la belleza e inmensidad de nuestra Tierra convertida en hogar y donde esperamos haya nacido el deseo y el compromiso de cuidar, proteger, admirar y dar gracias por formar parte de ella.
Al principio del campamento eran veinte….al final  “éramos todos UNO. PANGEA”
Gracias chicos, ¡hasta el año que viene!